La alternativa es la abogacía creativa

La alternativa es la abogacía creativa

Este texto no pretende una crítica, no pretende más que dar una opinión, que en muchas ocasiones me ha hecho dudar de su sentido. No es un texto dirigido a los abogados, sino que quiere que sea leído por una persona de a pie, del día a día.

Empiezo fuerte este texto. ¿Sabrías responder a la simple pregunta , qué hace un abogado? La mayoría de la gente respondería de una manera. Litigar, iniciar reclamaciones judiciales, o defenderte ante los tribunales.

Pues esa respuesta, no es la correcta, ni antes ni ahora. Sin embargo, la crisis sanitaria del Covid -19, ha llevado al sector a una situación inusual e inimaginable, que va a provocar un cambio drástico en  las funciones la abogacía y en la forma de enfocar el asesoramiento y ayuda que los abogados intentan dar a sus clientes. Las medidas de contención derivadas de la crisis van a provocar grandes cambios en todos los aspectos sociales, pero poco se dice sobre la justicia.

Hablemos claro, vivimos en un Estado del bienestar, y un Estado como el nuestro se rige por tres poderes. Dada la crisis existente, podría suponerse que esos tres poderes básicos debieran estar más fuertes y más alerta para el cumplimiento de su función y el mantenimiento de la organización social que es nuestro país. Poder ejecutivo, esto es el Gobierno, lo vemos actuar ( sin entrar en connotaciones políticas), el poder legislativo , es decir las Cámaras ( Congreso de los diputados) que siguen con cierta actividad al menos permitiendo la terminación de la actuación del poder ejecutivo. ¿Pero qué pasa con el poder judicial? Este brazo tan básico del estado está paralizado, suspendido en términos prácticos.

Pido disculpas, porque este texto se está colapsando de preguntas, y ello es porque no tenemos respuestas. ¿ Que está pasando con el poder judicial? Es algo tan sencillo, como que se necesita una tercera parte juzgadora para resolver los asuntos, problemas y enfrentamientos entre los ciudadanos. Si eso no funciona , el estado se verá cambiado y modificado en esencia.

La paralización de la justicia va a traer enormes consecuencias, y a pesar de las medidas de reforzamiento, creo que existirá el mismo o mayor colapso. Ojo, hablo del colapso de problemas de cada uno de nosotros apilados en despacho, hablo de soluciones que no llegan y que tan solo generan preocupación y pérdidas de todo tipo en el ciudadano afectado. ¿ A quién vamos a acudir?

Roger Fisher escribió en uno de sus mejores libros “Si se compara una negociación a un proceso legal, la situación se parece a la de dos jueces que intentan alcanzar un acuerdo sobre una sentencia de un caso”. Este planteamiento es licito, y visionario, ya que los abogados debemos ser creativos para aportar soluciones a nuestros clientes, las nuevas soluciones pasan por conseguir obviar las anteriores. Los abogados deberemos plantearnos una vía alternativa del procedimiento judicial, ya que las pérdidas que esto produce en el cliente son mayores a lo que puede ganar.

Las herramientas que tenemos los abogados son enormes, y ello nos puede permitir darle la vuelta a la situación, y ofrecer una visión distinta de los problemas a la gente que nos consulte.

Te dejo esta reflexión. Dos personas se pelean por una naranja, cada uno la quiere entera. La solución lógica es partirla por la mitad, ¿ verdad? Pero y ¿si a uno le das toda la piel, y al otro toda la naranja sin piel?, a lo mejor pueden estar satisfechos.

Todo depende de cómo veamos lo que queremos, los intereses que tenemos y los objetivos que los nutren.

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