10 Dic Gigantes contra pequeños: No te des por vencido
¿Sabes a qué me refiero con el titulo de este post? Pues bien, hablo de algo que seguro nos ha ocurrido a todos. ¿Cuántas veces te das por vencido con hechos que te perjudican? ¿Cuántas veces has llegado a decir, “ bueno, si no me van a hacer ni caso”?
Este post es una llamada al optimismo, y en él quiero explicarte de qué depende que te hagan caso o no. Estamos hablando de los trámites que tenemos que hacer con la administración (es un gigante omnipresente), o con corporaciones o empresa muy grandes, cuyos servicios de atención al cliente muchas veces dejan qué desear.
En múltiples ocasiones perdemos el tiempo llamando al teléfono de atención al cliente, o servicios similares para intentar arreglar una situación que nos conlleva un daño ( existen muchos ejemplos: el seguro contratado no te cubre servicios que sí te prometieron cuando lo contrataste, una compañía de teléfono te cobra otras cuantías, un expediente administrativo que lleva para solucionarse una eternidad…)
Debemos saber que existen muy buenas formas para evitar esta impotencia que sentimos, y es reclamar lo que es nuestro. Para ello, creo que es primordial saber la forma de hacerlo y como enfocarlo para que puedas conseguir una buena solución en tu favor. Os voy a poner un par de ejemplos.
Primer ejemplo: Un expediente administrativo que se está tramitando desde hace años, y la administración juega a ignorar los escritos de la parte interesada. ¿Qué hacemos? Normalmente la gente opta por una de estas soluciones: 1) demando judicialmente porque el silencio de la administración equivale a que me han desestimado lo solicitado o 2) puedes volver a intentar iniciar el expediente ante la administración (pensando “a ver si esta vez hay suerte”).
Hay otras opciones, si bien siempre dependerá del caso concreto. Podemos reclamar la resolución del expediente de forma escrita, y con argumentos jurídicos puede empujar a que la administración agilice el expediente y su final. Además, cuando existe un flagrante incumplimiento de las obligaciones de la administración sobre los plazos, se puede presentar una queja ante el Defensor del Pueblo. ¿Lo sabías? Con un simple escrito relatando los hechos, y un enfoque adecuado, puede conllevar que esta institución nos ayude para conseguir mayor agilidad en la tramitación.
Segundo ejemplo: Existen grandes corporaciones o empresas cuyas estructuras casi hacen imposible una atención personalizada a los problemas de los clientes. Pongo el ejemplo de un seguro. ¿Qué hacemos si no nos hacen caso? Normalmente nos quedamos colgados del teléfono y tardamos y perdemos muchísimo tiempo en hablar para que nos lo solucionen. Serás un suertudo si lo consigues a la primera llamada, y tendrás simple suerte si consigues una solución en un tiempo razonable (mes o mes y medio).
Dado que las entidades aseguradoras tienen una serie de obligaciones reguladas , también tienen instituciones que las controlan. Bravo, la cosa es saber qué hacer con ellas. Siempre creo que el medio escrito es el que debe prevalecer, hay que mandar una comunicación (burofax) a atención al cliente del seguro correspondiente, dejando constancia de la problemática. Si no recibimos una respuesta en 30 días debemos poner una queja en la Dirección General de Seguros, para que tomen las medidas necesarias respecto al asunto. Esto nos va a ayudar a que desde la aseguradora nos llamen (si nos llamaran ellos) porque tienen la obligación legal de atendernos.
Con estos dos ejemplos, quiero haceros participes de que nuestros derechos existen y debemos enfocar las reclamaciones de tal manera que aprovechemos las posibilidades de las corporaciones y sus servicios de atención al cliente, y lo que es más importante que si tenemos derecho, no deben quitárnoslo por las trabas que su burocracia nos provocan.
La paciencia y las cosas bien hechas, nos ayuda a ganar contra este tipo de instituciones y/o administraciones, que al final son unos gigantes que en muchas ocasiones se aprovechan de ello en detrimento de nosotros.
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